Cicatrices abiertas recorrían sus caderas;
y en agonía palpitante se arrastraba;
suspiraba con la boca muerta.
Estaba agotada y con ojeras; hundida en la bañera.
Cicatrices abiertas recorrían sus caderas.
Incapaz de sostener..una simple taza de café.
Volvió a su antiguo edén,la calidez se ausentó,carente de existencia en aquel rostro sin color;
serpientes de metal serpentean a lo largo y ancho de su espalda.Esos nervios vibrantes y gélidos;
vacíos y muertos.
Ella;
hija de la niebla y de la sombra;
la que siempre otorga un beso envenenado
de aquellos labios rotos que
seducen a los apocados cisnes negros.
Ella;
busca en el cielo a medianoche razones o señales,yo lo sé;
Porque densa es la cortina que de sus
ojos irritados cae.
Los veo apagados,buscando quizás,
algún cometa iluminado.
Y en delgados y finos dedos se manifestaban
armónicas golondrinas;
nacidas de las oscilantes cuerdas de un piano de cola.
Pero en penumbra el suelo no omite sus llantos,
ni la virgen oscura los suspiros ahogados.
Fría escarcha que entre sus venas fluía;
sin haber sentido en gotas la calidez de una mano amiga.
cubierto de rosas de cristal,de flores silvestres y de pétalos sakura.
Te prometo conservarte en aquel lugar dónde los valles y bosques aún en su lejanía
alcances su canto escuchar.
¿Acaso alguien en vida lo ayudó con ese antaño vil tormento?
¿Quién ante ella por amor caería..?
Si ellos apagaron la vela
del que es ahora ya;
un extinto corazón.