Con el corazón en la garganta.
Aún envuelta en las cenizas de un fuego que antaño mis pupilas vieron arder;
Creaste castillos en el cielo;
Aun siendo tus ilusiones de papel.
Pero no te importaba, al fin y al cabo todo era por él.
Cariño los ojos que posees son normales, sí.
Pero de esos que quitan el sueño y te hacen soñar despierto.
Porque en la sencillez de las cosas reside la autentica belleza, imperceptible, pero autentica y real.
Bien se que no te consideras bonita;
Pero cielo, eres amada incluso en las torres que se alzan en los cielos.